Nací en Barcelona en 1980. Mi primer piano era un diminuto teclado eléctrico con una octava y medio; era un aparato monódico. Para experimentar la polifonía inventé todo tipo de trucos : grababa una sola voz y tocaba al teclado una segunda, mientras cantaba una tercera ... No era un juego ni un entretenimiento, sino una urgencia, una verdadera necesidad. Pronto llegó la preocupación por encontrar una manera de anotar todas esas  "invenciones". No tenía profesor de música, y nadie a mi alrededor conocía tal misterio, así que tuve que pasar largas horas mirando el único libro de música impresa que había en mi casa. Después de algunas semanas comparando las canciones populares que conocía, con aquellas señales en el libro, creí entender la notación musical (la verdad es que cometí algunos errores de cálculo). Cuatro años más tarde empecé mi primera educación musical, sin dejar de tocar y componer  –para mí mismo, así como para la orquesta juvenil y dos coros que dirigía en mi adolescencia. Fue en este tiempo que elegí conscientemente el piano por encima de la dirección y la composición. Estaba seguro que el piano me obligaría a superar obstáculos personales más grandes.